miércoles, 30 de abril de 2008

Bocadillos de sardinas...

¿Cuántas veces se os ha acercado un amigo con un trozo de panceta diciéndote: "Tú, que eres tan tiquismiquis, dime si esto es o no es una delicatessen?" A mí bastantes.

De nada sirve decirle que ser gourmet no significa ser un snob, o que sabemos apreciar una buena panceta, o un bocadillo de sardinas,... Cada cosa tiene su momento.


Cuando me escuchan yo cuento el ejemplo de las copas y el champagne... Una copas de marcha me las tomaría con mis amigos, una botella de champagne con mi mujer (a ser posible en una bañera llena de espuma). Lo que no voy a hacer es olvidar a una o a otros, ser de piñón fijo.


Ser un gourmet es parecido. No comemos foie y ostras cada día, ni falta que nos hace. Pero no renunciamos a probar cada exquisitez que vemos, siempre con la mirada crítica de quien piensa que puede existir algo mejor.


A lo mejor es nuestra terapia contra la infidelidad, o nuestra pequeña muestra de rebeldía contra la sociedad y las normas establecidas. Pasta con tomate sí, pero, ¿por qué no también con pesto rosso?

No hay comentarios: